EL CUENTO DE LOS INTRATERRESTRES

¡HOLA!, somos los Intraterrestres,

Somos raíces animadas. Salimos de nuestras aldeas que están debajo de la tierra, en el Gran Macizo Guayanés, donde nacen algunos de los ríos más grandes y hermosos del mundo.
Hoy salimos al exterior con los poderes concedidos por El Cosmo y El Universo ante la emergencia de nuestra eminente desaparición: nos estamos extinguiendo, cada día somos menos y necesitamos ser más.
Fuimos a preguntar a la Raíz de los Asuntos:¿Qué podemos hacer? Ella nos aconsejó que consultáramos a los Elementales, que son los que hacen la vida posible: La Tierra, El Aire, El Fuego y El Agua. Ellos nos podrían guiar hacia el Ser Humano Especial que sabe sembrar.
Y así fue que comenzamos nuestra búsqueda. Por el camino nos encontramos con El Elemental de El Agua y le preguntamos cómo era el Humano Especial que nos podía ayudar a ser más. El Agua nos respondió que los humanos son unos seres muy extraños, tienen los ojos montados sobre largas piernas y parecieran que estan buscando algo en el cielo, apenas ven por donde caminan, sin mi no pueden vivir, dijo: „Soy vital para su existencia, sin embargo, destruyen mis nacientes y despues no pueden beberme. Por favor, si algún día lo encuentran, pregúntenle ¿por qué lo hacen?“
De la misma forma, los demás elementos nos dieron una respuesta similar: „Somos vitales para los humanos. Pero igual nos contaminan e inclusive hacen mal uso del fuego causando muchos daños.“ A pesar de todo, nos dejaron la esperanza de encontrar ese Humano Especial que nos pueda sembrar. Nos dijeron lo mismo que nos dijo la Raíz de los Asuntos y nos indicaron cómo seguir el camino hacia el fin del mundo.
Seguimos nuestra búsqueda atravesando bosques de líquenes venenosos y pasando las montañas Pali-Rock. Fueron muchas aventuras y peligros que tuvimos que pasar para llegar al otro lado del fin del mundo, la aldea de los humanos.
Finalmente llegamos. Al principio no nos fue bien con los humanos, ni siquiera se dieron cuenta de nuestra existencia. Sólo los pequeños retoños, llamados “niños” se dieron cuenta de nuestra presencia. Ellos sí nos vieron y jugaron con nosotros. Ellos entendieron el idioma de todos los seres, escucharon el mensaje:
¡SIEMBRA, SÓLO ASÍ VIVIREMOS!
Nos querían ayudar, pero cómo los pequeños no tienen con qué hacer mucho, había que convencer a los más grandes que tienen el poder y los recursos. Lo malo es que siempre es  muy difícil hacerles comprender algo que a los niños les parece importante y divertido.
Fueron los niños los que nos dijeron que hay entre los adultos uno que otro que todavía llevan un niño por dentro, todavía les gusta jugar y que entienden el idioma de todos los seres. Pero por ser como los niños ellos tampoco tienen mucho poder. Es como el humano que viene a jugar y pintar con ellos en la escuela.
Por fin entendimos que esa persona tenía que ser un Humano Especial, que aunque no tuviera los recursos, ni los medios, nos podía servir de intermediario con los poderosos y que teníamos que comunicarnos con esa persona nosotros mismos.
Entonces convencimos a los niños de que nos atravesaran en los caminos, pues teníamos que encontrar la manera de acercarnos a ese Humano Especial y la única manera que se nos ocurrió era acercando sus ojos hasta nosotros en el suelo. ¿Cómo?,¡Tumbándolo!
Así fue que nos atravesamos en su camino. Uno de ellos se tropezó contra uno de nosotros, dándose tan duro en el dedo gordo del pie que cayó en el suelo gritando de dolor. Cuando pasó el dolor se puso a buscar la raíz de su caída, nos vio, pero nos vio con los ojos del niño que lleva por dentro. Nos recogió secas, feas y agotadas de tanto luchar...nos vio de cerquita, nos llevó a su propia casa y allí cambió todo. Nuestra nueva vida comenzó al pasarnos sus pinceles con colores vivas y así sucedió el milagro de ser revitalizados y transformadas en Raíces Animadas.
Ahora nuestra misión de seguir consiguiendo otro Humano Especial es más fácil. Estamos aquí, somos los Intraterrestres, Raíces Animadas, gracias a los niños de El Paují y a la artista Cynthia Gamboa. Somos „MENSAJEROS VOLUNTARIOS“ que con mucho gusto estamos dispuestos a ser adoptados por cualquiera, ir a cualquier parte, con tal de llegar a donde se encuentra ese otro niño menor de cien años a quién transmitir nuestro mensaje:
¡SIEMBRA!, ¡SÓLO ASÍ VIVIREMOS!
Así que míranos de cerquita, anímate de adoptar a uno de nosotros y llévalo a vivir contigo.